Unión de Uniones rechaza las acusaciones acerca de una agricultura y ganadería agresivas al medioambiente

  • Unión de Uniones recuerda los esfuerzos que realizan agricultores y ganaderos para cumplir estrictas normas ambientales y que el compromiso  debe ser compartido por toda la sociedad y los poderes públicos
  • Estados Unidos y China son los países que más usan productos contaminantes y la UE no penaliza esta situación cuando negocia con estas potencias tratados de libre comercio que facilitan la importación de sus producciones al territorio europeo

Ante el informe publicado por la Organización Mundial de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre el vínculo entre producción agraria y la contaminación de recursos hídricos y del aire, Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos se muestra preocupada, rechaza tal acuasión y expone que no se debería caer en la trampa de criminalizar a este sector.

El informe de la FAO responsabiliza a la ganadería del 14 % de las emisiones de nitrógeno y a la agricultura de otro 14 %. Igualmente indica las emisiones de esta actividad en gases de efecto invernadero. Frente a estos datos Unión de Uniones pone de manifiesto que la UE, con la PAC, condiciona las ayudas directas al cumplimiento de políticas medioambientales muy exigentes. Igualmente señala que la vocación de muchos agricultores por sostener modelos de producción ecológicos, se ve obstaculizada por la presión de los mercados, la falta de apoyos públicos suficientes y una todavía insuficiente concienciación de la sociedad a favor de estos productos.

Como muestra de la labor de agricultores y ganaderos, la Comisión Europea presentaba esta pasada semana un informe en el que revelaba que, aunque aún queda margen para mejorar, en el periodo 2012-2015 se había conseguido avances significativos con respecto al anterior (2008-2011), en cuanto a la disminución de los niveles de contaminación por nitratos de las aguas superficiales y subterráneas gracias a los esfuerzos realizados por los titulares de explotaciones agrarias.

Igualmente, según el informe más reciente de la Agencia Europea del Medio Ambiente (2015), entre 1990 y 2012, las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura de la Unión se redujeron un 24 % gracias a una redimensión de la cabaña ganadera, a una aplicación más eficiente de los fertilizantes y a una mejor gestión del estiércol. Sin embargo, la agricultura en el resto del mundo va en la dirección contraria y entre 2001 y 2011, las emisiones globales de la producción agrícola y ganadera crecieron un 14 %.

La organización quiere recordar que ello es gracias a que la condicionalidad, a la que están ligadas las ayudas directas de la PAC, contiene hasta 134 puntos de control de las explotaciones agrarias en materia de medio ambiente, sanidad animal, uso de fitosanitarios, gestión de aguas, seguridad alimentaria y trazabilidad. Varias de estas exigencias se refieren también a la aplicación de la Directiva Nitratos que identifica zonas vulnerables a la contaminación y obliga a los agricultores y ganaderos a llevar un control y registros sobre el uso de los productos fertilizantes, así como a inspecciones sobre la maquinaria y equipos, sobre su correcto estado.

Asimismo, pone en evidencia que, según expertos que han presentado el informe FAO, son Estados Unidos y China los países que más contaminan y, que a pesar de todo, la UE, con sus tratados de libre comercio, no les penaliza; sino que, por el contrario, facilita la entrada de sus producciones en nuestros mercados atentando contra la competitividad de nuestro modelo agrario y contra la seguridad alimentaria y medioambiental, al no cumplir los mismos parámetros que las producciones europeas.

La organización recuerda que, sin eludir las responsabilidades que corresponda al sector agropecuario, se ignora con demasiada frecuencia en el debate social la ingente emisión de nitritos y otros contaminantes de origen industrial y humano,  a la vez que “se mira para otro lado” ante la muy deficiente depuración de las aguas residuales de las ciudades que se vierten a los ríos. «La acusación a la agricultura y la ganadería es una actitud hipócrita que no contribuye en nada a resolver el problema en su conjunto», han manifestado desde la organización.

Por todo ello, Unión de Uniones insiste en que la responsabilidad ha de ser compartida, por la sociedad, por el conjunto de los sectores económicos y por los poderes públicos, tanto a nivel estatal como europeo y mundial, y considera que no se puede caer en generalizaciones y endosar responsabilidades, si son las propias instituciones, las que establecen las reglas del juego para favorecer intereses comerciales sacrificando los generales.

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