Inmovilización del ganado

Toledo a 20 de febrero de 2023
Hace unos días se decretó la inmovilización del ganado ovino y caprino en la región castellano-manchega. Parece ser que con el acuerdo de algunos sindicatos y algunas organizaciones de productores de leche y queso según indican desde la Unión de campesinos de Castilla-La Mancha.
El consejero de Agricultura regional recalcó que esta inmovilización no iba a suponer ningún problema para la salida de la leche hacia la industria láctea. Puede ser, no obstante, el mundo de las ovejas y las cabras no se reduce a la leche. El ganado con destino a basto suele pasar, en la mayoría de los casos, por un cebadero. Ahora, con esta inmovilización que sólo permite mover ganado con destino a matadero, el día que los cebaderos saquen el ganado que ya tienen dentro, se verán en la imposibilidad de seguir con el cebo, rompiendo su cadena y provocando, en muchos casos, el cierre irreversible de los mismos.
Otro problema que ha causado la inmovilización es que el ganado destinado a vida se ve abocado a permanecer en la explotación de origen. Así, ganaderos que deseaban abandonar la actividad o reducir su cabaña, deben hacer frente a la alimentación de un ganado que en muchos casos ya no es suyo, puesto que está vendido. En un año especialmente duro en el que no hay nada de comida en el campo, la alimentación de ovejas y cabras se debe realizar a base de piensos y forrajes, que por las circunstancias actuales están caros. El que pensaba quitar el ganado o reducir su cabaña, se encuentra que no tiene almacenado alimento para esta contingencia. También perjudica a los que compraron o desean comprar ese ganado para iniciar la actividad o ampliar su explotación. Van a ver demorada, sin saber el tiempo que transcurrirá, su idea inicial de establecer una nueva ganadería.
Otro problema surgido es la negativa de los seguros a hacerse cargo de la retirada e incineración de explotaciones completas, posibilidad que cabe, pues si entrara la enfermedad en una, se sacrifica toda la cabaña.
A pesar de que el consejero haya afirmado que no existe ningún problema con la retirada de leche hacia la industria láctea, esto es una fuente de contagio puesto que el camión que recoge debe ir de una explotación a otra para realizar la recogida sirviendo de elemento de transmisión del virus.
El camión de recogida de cadáveres se encuentra en circunstancias similares. Si acude a una explotación en la que recoge un animal muerto, puede darse el caso de que estés extendiendo la enfermedad cuando acude a la siguiente explotación.
Por todo esto la Consejería también debería hacerse cargo de suplir económicamente donde no lleguen los seguros.
Es más grave aún cuando en varias comarcas se venía de una inmovilización debida a la lengua azul, con lo cual vamos a superponer varios periodos de inmovilización puesto que cuando teóricamente acaba este, llegará la primavera y empezará de nuevo la inmovilización por la lengua azul.
Siendo responsabilidad de la Consejería de Agricultura velar por la sanidad animal, ejemplo de ello es esta inmovilización debido a la viruela ovina, también es cierto que es su responsabilidad velar para que este tipo de enfermedades no entren en la región. Sería de esperar que el mismo celo mostrado para frenar el avance del virus dentro de la región se hubiera visto para evitar que llegase a ella. Una vez más la Consejería demuestra que solo sirve para acudir a apagar fuegos, ni para prevenirlos.
Es por todo esto que esperamos que se establezcan ayudas con carácter inmediato para la ganadería ovina y caprina, que sufrague los costos a los que deberán hacer frente estas explotaciones como consecuencia de la inmovilización por una enfermedad de la que el único responsable que haya penetrado en la región es la misma Consejería, que ahora establece unas medidas tan perjudiciales.